Disfruta de la luz y los sonidos de la naturaleza

En un entorno alejado de poblaciones y rodeado exclusivamente de cultivos de pimientos y de tabaco, en la casa rural Apayama experimentarás el placer de vivir sin contaminación acústica ni lumínica. Lo único que escucharás serán los sonidos de la naturaleza: avutardas, cucos, cigüeñas, garcillas, ranas, grillos... En las noches sin mucha luna podrás observar con nitidez todas las constelaciones e incluso dormir bajo las estrellas. Para ello es recomendable abrigarse ya que, salvo en contadas ocasiones provocadas por olas de calor, las noches suelen ser frescas en este microclima, incluso en julio y agosto. Por ello es un verdadero placer darse un baño nocturno en la piscina: solo escucharás la naturaleza, solo verás el cielo estrellado y experimentarás el placer de sumergirte en un agua que está a mayor temperatura que el aire que te rodea. ¡Eso sí, ten a mano la toalla para cuando salgas del agua porque notarás el frescor de la noche! Por supuesto, los hay quienes prefieren jugar chapoteando en el agua y disfrutar del jakuzzi. ¡Hay tiempo para todo y para todos!